sábado, 5 de noviembre de 2011

"DESENLACE BAJO LA NIEVE"

CAPÍTULO I

Silvia remoloneaba aún en la cama, se desperezaba pero volvía a entrelazar sus manos y piernas en la almohada.

-Vamos cariño – le animó Luis bajo la ducha- nos espera un duro día en la pista.

-Voy –respondió ella mientras hundía la nariz en la almohada para buscar el olor de Luis. “No estamos tan mal, la nieve disipará mis paranoillas” pensó mientras sonreía. Estaba contenta con el viaje sorpresa que Luis había organizado nada menos que a Suiza, la madre patria de la nieve. Este viaje compensaba el olvido del tercer aniversario de bodas que Luis había tenido la semana pasada.

Decidida abandono la cama y quiso adentrarse en la ducha con Luis pero era tarde, él ya se disponía a salir cuando abrió la mampara; de poco sirvieron las insinuaciones de Silvia que invitaban a algo más que a una simple ducha compartida. Luis le indicó que le esperaba para desayunar en el restaurante que había junto al apartamento. Ni siquiera se despidieron con el rutinario beso de todos los días, ni con el “te quiero” hipócrita de los últimos meses; el teléfono de Luis sonaba con insistencia y decidió contestar fuera del apartamento.

Ella disfrutó de una ducha larga y caliente antes de encontrarse con Luis en el restaurante vecino.

Mientras, él tomó el primer café sólo que casi hervía y en el que hundió sus pensamientos, ajeno a la simpatía del camarero. Cuando Silvia llegó, él le recibió con una media sonrisa que ella devolvió duplicada y el camarero se dispuso a servir los desayunos que Luis había encargado: café con leche para los dos, croissant con chocolate para él y con fresa para ella. Silvia le dedicó a Luis un guiño por aquel detalle que no le haría más esperar a su estomago. Sin embargo, nada más probar el croissant lo devolvió con urgencia al plato y escupió en una servilleta con la mayor delicadeza que pudo, el bocado que había probado.

- ¡Pero estás loco! – Logró decir a la par que se levantaba y huía con premura a los aseos para enjuagar su boca.

- ¡Lo siento cariño, lo siento…! – Se disculpaba por momentos Luis, mientras echaba su mano con brusquedad a la cabeza, como si ésta fuera la culpable - ¿Cómo pude olvidarlo? – se preguntó en voz alta, teniendo como espectador al camarero simpático que encogió sus hombros esperando también la respuesta.

Luis no dio explicaciones, la situación urgía. Corrió a los aseos en busca de Silvia. El teléfono volvió a sonar, la misma llamada entrante de antes. –Ahora no puedo, Rosa – se disculpó y colgó de inmediato. Encontró a Silvia apoyada en el lavabo, su cara estaba tan pálida que ni el propio colorete daba vida a las mejillas. Los escalofríos ya recorrían su cuerpo. Luis pidió a voces ayuda al camarero simpático, Silvia necesitaba un médico. Le esperarían en el apartamento y le indicó con el dedo la proximidad del alojamiento. El regreso se hizo eterno, la tiritona encogía el cuerpo de Silvia y su palidez aún podía confundirse con la blancura de los copos de nieve, que caían despiadados sobre la pista. Silvia no habló nada durante el trayecto, ni siquiera tenía fuerzas para rechazar los brazos de Luis, que esta mañana tanto había echado de menos y que ahora la rodeaban para salvarla del frío propio de sus reacciones alérgicas, que hacía años no experimentaba. En aquel momento le hubiera gustado decirle que estaba harta, que no soportaba los descuidos de los últimos meses, ni las insistentes llamadas de teléfono que él porfiaban que eran del jefe, ni su frialdad en la cama, ni…tantas cosas; pero sólo tenía fuerzas para refugiarse de aquel brutal frío corporal entre los brazos corpulentos de él. CONTINUARÁ

1 comentario:

  1. Compartimos según he observado, el gusto por la escritura. Me encantaría que formases parte de mi foro literario: www.abracadabra-nuncajamas.com

    En él organizamos retos para ir trabajando la poesía, los relatos y los microrrelatos. Somos muy buena gente con ganas de compartir letras y de aprender de lo que nos comenten acerca de lo que colgamos por allí.

    Un besote.

    ResponderEliminar