viernes, 26 de marzo de 2010

UNA CARTA DE AMOR

¡ Querido Corazón!

No seas maldito. No me humilles, ni traiciones. Me veré obligada a ponerte un castigo: reprimir tus pasiones. Sé que no le olvidaste, yo también guardo su nombre pero en un recóndito secreto. Sin embargo tú, imprudente, exhibes el amor que le sientes. ¿Pero sabes...? Lo que más me duele es tu propio engaño, hacia mí y hacia Enamorado.

Mis palabras desdeñan resucitar tu daño, pero debo invocar recuerdos enterrados: Infiel te hirió con vileza y desolación. Tú, Corazón, reacio llorabas el despecho de su engaño. Entonces, fue cuando acudiste a mi, a la consejera Conciencia. Te recete tiempo y distancia, ellos acercarían al olvido. Sin embargo, tu miedo aventajó la velocidad del tiempo y decidiste, sin escuchar mis ruegos, empezar una nueva historia. ¿Quizás por celos?

El corazón de Enamorado llamó a tu puerta y ofreció consuelo. Tú, melancólico, le recibiste pero pronto confundiste ilusión con amor.

Recuerda como te advertí de los consejos eruditos de Cupido, que dictan que desamores insanos se convierte en amores inolvidables. Eso te pasó a ti, amigo Corazón; no olvidaste a Infiel y ya mentías con querer a Enamorado.

Ahora sigues con la farsa de nuestra vida. Te resignas ante un juramento de amor con Enamorado, que yo llamo compromiso. Pero a menudo lo infringes y lo peor es, que a mí también me incitas a ello. Infiel, tu obsesión, te acosa con su recuerdo y aparece en nuestros sueños. Sueños que castigo con represión, pero tú te alimentas de ellos.

Cansada ignoro qué hacer. Amigo Corazón, respétame. Ten piedad de Enamorado o deja que curé su , también, desamor insano.

No, no descarriles tu latido. Dueles. Dueles igual que cuando acudimos, movidos por tu frenesí, a los espacios que frecuenta Infiel. Allí, la mirada te obedece y te presta sus ojos para buscarlo. Cuando lo descubres azuzas tu pálpito y más dueles. Afligida te amenazo con convertirte en piedra pero ni siquiera me escuchas, ya rozas sus labios. Yo siento la muerte en mi regazo, te conviertes en mi peor enemigo.

De regreso a Enamorado te maldigo. Te impugno. Tú pareces afligido, tu presión es puro arrepentimiento y lo peor de todo es que te creo. Enamorado espera con desconfianza. Tú apareces meditabundo. Una vez más, otra más, me veo obligada a disfrazarme con tu máscara pasional y busco tu amparo. Entonces no me importa quebrantar castigos, maldiciones. Pero quiero saber hasta cuándo Corazón, hasta cuándo actuaré. Siento que la locura me evade, destruye mi cordura y me convierto en esclava de tu obsesión enfermiza.

Mis palabras se agotan, se aproxima mi despedida. Busca a Felicidad, yo me rindo en nuestra batalla.

Hasta siempre amigo Corazón, no sigas siendo maldito. Me dueles. Me traicionas. Me humillas.

Fdo: Conciencia


7 comentarios:

  1. Sublime, original, apasionada, sentida,... mi premio es para ti en forma de reconocimiento y de admiración.

    Cruda reflexión, entre mente y corazón. Difícil duelo en el que el segundo suele llevar las de ganar. Conciencia se rinde, triunfa el (des)amor, triunfa el estilo de mi escritora favorita.

    Un abrazo grande

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  2. Y quiero añadir algo pequeñito, uo uo uooooooooo:

    ¡¡¡Felicidades María!!!

    Escribes genial, sabes transmitir de tal modo que quien te lee lo siente en su propia piel, eres increiblemente increible.

    Otro abrazo y mil trescientas ochenta y seis felicidades más

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  3. El corazón a veces es cruel, lo disfruta, compite con la mente que razona y no la deja actuar. Sí María de los Ángeles, el corazón es maldito.

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  4. El corazón actúa pese a que la razón se lo impide!

    Una vez más enhorabuena por hacer que disfrute con tus creaciones. bs

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  5. Tienes una nueva fan!! Que ya lo era, pero cada vez más apasionada con tus relatos. Son increibles, fantásticos, maravillosos; así como la forma de expresarte y de hacernos vivir lo que intuimos, lo que conocemos y lo que somos, el amor en sus distintas expresiones, extrañas expresiones muchas veces, coletazos de amor y su contrario, que no ausencia de amor.
    Maravillosos como tu amiguita.
    Un beso muy muy fuerte

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  6. La voz interior partida en dos, quiza más, incontable, en pedazos.
    Dicen que es recurrente que un sepulturero entierre, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd.Creo que sí, llega a suceder.
    Un momento difícil el que abordas, Mary, de una forma inusual en ti, más personal, muy íntimo, que nos habla, a quienes te leemos (sea una experiencia propia o no lo que te llevó a escribir Una carta de amor), de una escritora que es una buena traductora de sensaciones.
    Un proverbio chino es el que llega a mi cabeza ante esta sensación de avasallamiento emocional que abordas, y con el que me despido hasta tu próxima entrada: "Todos los ríos van al mar, pero el mar no se desborda."

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  7. Acabo de llegar por casualidad a tu blog, cómo te he comentado desde el facebook, y tras leerlo íntegro en esta mañana todavía permanezco ensimismado.

    Aunque cometaría todas y cada una de las entradas del blog, y no dudo que lo haré en algún momento, comenzaré por esta por ser la última.

    Maravilloso monólogo maternal de una conciencia que apenas puede controlar al corazón.

    Extraordinario discurso aleccionador de la razón subyugada a la ilusión, que tantas veces hemos sufrido internamente pero que tan difícil es de expresar con palabras, como tú lo has hecho.

    Has conseguido que ponga nombre a cada uno de esos personajes ficticios, Infiel, Enamorado,... y que de nuevo se reabra el debate entre mi conciencia y mi corazón. Felicidades.

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